Mujer: Pasado, presente y futuro del tenis colombiano

Hoy es un día especial en el que el mundo celebra la igualdad y reivindica las luchas de miles de mujeres, recuerda la fortaleza con la que muchas afrontan y se atrevieron a cambiar la historia para tomar un papel protagonista en la humanidad. En el deporte en general y por supuesto en el tenis, esa fuerza y pujanza única ha sido determinante desde los inicios del deporte blanco en Colombia, camino que se empezó a recorrer de manera paralela con tenis el masculino y que configuran la historia de nuestro deporte. 

Todo se remonta a los años 1900 en la Bogotá de los sastres, los sacos oscuros y con mucho más frío que en la actualidad. Hay que hablar de Julia e Inés Úribe de Brigard, los primeros nombres en la ahora larga lista de tenistas colombianas. Sobrinas de don Álvaro Úribe Cordovés, quien trajo desde Europa a la capital, algunos implementos para jugar al tenis, sin imaginar que las damas de la casa se enamorarían de la raqueta y jugarían sus primeros partidos contra la pared.

Así el tenis se quedó y las mujeres comenzaron a preparar su rica historia tenística, es por tal motivo que para 1902 ya en Bogotá se había construido la primera cancha oficial del deporte blanco. Los entrenamientos contra la pared y la pasión por este deporte que llegó para quedarse, llevaron a que Inés se convirtiera por largo tiempo en la dueña de la mayoría de trofeos, aunque posteriormente se sumarían Sofía Osorio de Rueda, María Luisa Osorio de Santamaría y Anita Osorio de Cortés, se podría decir que ese fue el primer ranking no oficial de Colombia. 

Por aquellos años era muy común ver a nuestras jugadoras con vestidos largos de la época, blusas de mangas largas, guantes y sombreros para protegerse del sol. Las damas de Barranquilla y Medellín no se quedaron atrás, en la ‘arenosa’ el Club de Tenis para Señoritas dejó ver figuras como Cecilia Vives de Villa o Beatriz Pumarejo de Santodomingo, mientras que en la capital paisa se mostraron Aura Orozco y Tere Mora.

Lo que vendría después fue incontenible, y poco a poco fue tomando fuerza en todo el territorio nacional pasando por Cali y Cartagena, esta última ciudad donde se dio a conocer a la jugadora Elvira de Pombo.

Hoy cuando estamos cerca de que Colombia y Bogotá le vuelvan a dar la bienvenida a la Billie Jean King Cup con varias de nuestras figuras femeninas, viajamos en el tiempo para recordar que en algún momento fue llamada la Copa Federación.

En 1972 Isabel Fernández de Soto y María Victoria Holguín hicieron presencia en Johannesburgo, Sudáfrica, para hacer parte de la ronda final de consolación del Grupo Mundial y posteriormente volvieron a participar en 1984 donde había nombres como Elsa Rodríguez y Stella Escobar. Hoy el resultado no es tan importante, como sí lo es que ellas fueron quienes forjaron el presente de Colombia en la competencia mundial de naciones más importante del tenis profesional femenino.

En adelante han llegado nombres que han engalanado con mayúsculas el tenis colombiano o cómo olvidar a jugadores del talante de Carmiña Giraldo, Fabiola Zuluaga, Mariana Mesa, Catalina Castaño, Mariana Duque, Vicky Nuñez, Cecilia Hincapié o la misma Rommy Farah, sólo por mencionar algunas.

Resumir todo lo que han hecho las mujeres en el tenis colombiano llevaría mucho más tiempo y espacio, pero no hay duda que uno de los momentos más relevantes ha sido el puesto 16 de Fabiola Zuluaga en el escalafón mundial de mujeres. Fruto de un gran esfuerzo, como quiera que a los 19 años la que hasta hace poco fue capitana del equipo nacional de Billie Jean King Cup, ya hacía parte del top 100 y a los 20 ya contaba con dos títulos de WTA.

Si damos un raquetazo directo al presente podemos recordar el triunfo que hace poco conquistó el equipo de Billie Jean en Cúcuta, donde derrotaron en una semana corrida a Guatemala, Perú, Bolivia y Chile para regresar al Play Off del Grupo Mundial.

Hoy celebramos la grandeza representada por estas tenistas colombianas que brillan con luz propia: Camila Osorio, Emiliana Arango, María Fernanda Herazo, Yuliana Lizarazo, María Paulina Pérez, y muchas otras. Son símbolos de determinación, coraje y excelencia en el tenis femenino nacional, desafiando los límites y conquistando triunfos que inspiran a todo el país.

No podemos olvidar el tenis en silla de ruedas que cuenta con tres jugadores espectaculares como María Angélica Bernal, Johana Martínez y Zuleinny Rodríguez, esta última la figura naciente del Valle del Cauca, demostrando que la inclusión en esta disciplina en Colombia tuvo un valor importante desde su asomo en una pared en los 1900.

Ya pasó mucho tiempo desde que llegaron esas primeras raquetas y pelotas a una casa en Bogotá, aunque hoy ninguna de sus protagonistas está presente, señalaron un camino que seguro ni ellas mismas imaginaron. Son muchos juegos, innumerables torneos, horas incontables de entrenos y partidos, tantos nombres en la lista que es difícil de escribir. Lo que sigue incólume es la determinación de la mujer colombiana que logra lo que propone con base en su capacidad de lucha.

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Héctor Julio Chaparro Mesa

Héctor Julio Chaparro Mesa

Periodista Deportivo

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